Feliz año nuevo a primeros de marzo!! Es un buen momento de recuperar los antiguos placeres: Volver a escribir tras darle tantas vueltas en la cabeza a tantas y tantas propuestas de temas porque nos centra una temática concreta es la mejor excusa que uno puede tener. Bueno, eso y leer a Mañez, que en efecto y como es habitual pone el dedo en la llaga. A ver si va a ser que no hay tanta gente que realmente quiera que se persiga su buena salud a través de las redes sociales…
Pues amiguitos y amiguitas, como en botica, tiene que haber de todo (bueno, a la vista de los impagados, recortes, sorteos de la lotería o demoras de las administraciones, quizá no es el mejor ejemplo: Las farmacias van a acabar siendo locales con mostradores y estantes vacíos al más puro estilo economato de la CCCP, merced a la política de stocks cero a la que se ven obligadas. O eso, o practicar el ecommmerce, que con el running es el anglicismo de moda).
Decía, en el mundo hay de todo. No se puede aspirar a que todo se vaya a monitorizar en público. En realidad, habrá gente (en mi opinión ligera de cascos) que como algunos jugadores de la NFL (o sea cerebros de lo suyo) cuelguen en Twitter sus pruebas diagnósticas con sus fracturas y tal, y habrá otros que se den cuenta que si protestas por un mal servicio via Twitter, los centros de salud puede que te contesten antes, por aquello de no quedar mal (como ya pasa con lineas aéreas, agencias de viajes, hoteles… Curiosamente, y mal que nos pese, sectores maduros en cuanto a atención al cliente a los que sí les afecta la libertad de elección de su usuario). Pero seguirá existiendo quien necesite que lo monitoricen porque es un menor o un adulto incapacitado, o simplemente su nivel de suficiencia tecnológica no llega a los mínimos.
En mi opinión, si bien hay que “empoderar” (anglicismo que para mí equivale a dar herramientas de autogestión y decisión) al paciente (o al entorno, ojo, que en este discurso a menudo parece que no existan los cuidadores) que lo desee, la Medicina con mayúsculas no tiene que ser un kit hágaselo usted mismo. Todo llegará, pero ahora no toca, ni por recursos, ni por educación del ciudadano/usuario/paciente/como-se-llame (otra discusión país/nación/estado/lo-que-sea). Sirva como ejemplo el limitadísimo impacto que tienen las Carpetas Personales de Salud, Portales del Paciente y similares que existen allende los mares y tierras, parte porque no suelen ser tan necesarios como en su momento pensaron los creadores (compiten contra una tecnología milenaria, la hoja de papel del informe de última alta, formato que no necesita electricidad a dia de hoy) y sobre todo por el excesivo celo en la seguridad de acceso a los datos, con requerimientos mayores que los accesos a webs de bancos (habitualmente por la inseguridad en el medio de los mismos políticos y técnicos que paradójicamente fomentan el invento).
Total, que haberlos, haylos, pero no hay que volverse locos. Y si no, miremos el fiasco relativo que Patients Like Me es en cuanto a volumen de usuarios (actualización: YA HAN QUITADO EL NUMERO DE LA LANDING!!!), ponderándolo ya no solo con la población de USA, sino la mundial, que parece ser su última esperanza. Huelga decir que creo que las iniciativas como esa deben ser autosostenibles, y no depender de grants (o sea subvenciones/donaciones que un día se acaban). Y al que le pique, que se rasque.